Soledad

Vamos
Quédate a mi lado
Ya se hizo de noche
y caé la lluvia

Calma
Vamonos despacio
Ya nadie me espera
Nada nos apura

Introspección y prospección

A veces siento que mis piernas son demasiados flacas
Para sostener una historia que nadie como yo
Podrá tan bien recordar
Una vez que me vaya

Y mi corazón…
Laberinto por donde vagan mil recuerdos
Donde todo pasa, menos el tiempo
Soportando el peso de una canción, de una lágrima o un sueño
Sepultados bajo los rieles de la última estación

Quién me ayudará a hacer circular el aire
Ya no sé qué hacer para que deje de ser metal
Antes todo ardía
Y el viento barría las cenizas
Pero la lluvia…
Ahora las cenizas pesan
Y el tiempo no se puede volver a quemar

A veces me siento a mirar….
A veces quiero tenerlo todo
A veces, hasta deseo, tener las canas que aún no tengo
A veces sueño ser como el viento, que todo lo puede tener, sin retener
El viento…
Aire en el aire…
Único capaz de acariciar oscuras grietas
Inexplorables para el Sol
Como la propuesta jamas pronunciada
Como la idea vaga de todo
Como la duda eterna
Como un beso de amor…

Pregunto,
¿Qué pasaría si este poema se extendiera para nunca terminar?

Concluyo:
El absurdo es salida,
El juego y el humor permiten alivianar la carga del aire
que entra y sale de la sala de espera del alma
Cuando sentimos que morimos bajo el peso de Ser
Sobre dos piernas demasiado flacas.

Sol de Agosto

La ciudad se congela

Bajo este sol, que altanero y negligente

Pasa, brilla e ilumina

Pero no se siente

21-12

El Mundo está caliente


Dicen que va a acabar

Pero este mundo impotente

No creo que podrá

Fecundar mentes/vientre

Si no nos alineamos ya

Profesía

No sé si el Final está cerca

Más sé, que inevitablemente

Se acerca

Fé

No creo

No creo en Dios

Ni en lo que creo

Total

Si finalmente existe

Dudo que mucho le importe

Lo que crea

que crea

Al caer la tarde vendrá (…)

Al caer la tarde vendrá el silencio

Con su traje de hojas, tendidas al viento

Vendrá de cerca o tal vez de lejos

Marchando al compás de mis pasos

o a paso de paso ajeno.

Al morir el sol llegará discreto

Con su cabellera de trinos del campo

Y su maleta de motores viejos

Me gusta cuando sorpresivamente aparece

Después de un golpe, después del trueno

Cuando canta y ríe sin que lo puedas notar

Cuando te toma y te envuelve en un mar de paz

Enigmático señor

Centinela de los tiempos

Qué razón te hace callar

Es la culpa o es el despecho

Por qué espías, por qué delatas

Al amante con sus secretos.

Lo cierto es que Don Silencio

que acompaña de niño a viejo

Cuando mueres te da un minuto

A menos que ladre un perro.

Luego te sigue a la tumba

Como si fuera el amante eterno

Como si fuera la voz de Dios

O la arena para el desierto.

Al hacer pausa la tarde

Llegará el señor silencio

montado sobre un mosquito

hasta a mi cuarto, hasta mis versos

para enseñarme la poesía

de la quietud del universo